Aunque la digitalización figura como prioridad en muchas agendas corporativas, en América Latina la realidad es muy distinta. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) solo el 40% de las empresas ha adoptado tecnologías digitales, frente al 70% en otras regiones del mundo, según el BID. Esta diferencia revela una brecha crítica entre el discurso de transformación digital y su implementación real, con impactos directos en la competitividad y eficiencia de las organizaciones en la región.
Esta misma brecha representa una oportunidad estratégica. Acelerar la adopción tecnológica podría impulsar un salto significativo en productividad e innovación. Para lograrlo, se requiere invertir en infraestructura digital, talento y una cultura organizacional con una gran apertura al cambio. Las empresas que actúen ahora podrán liderar el futuro económico de la región; las que no, quedarán atrás.
En esta realidad ¿Qué deben hacer las empresas latinoamericanas para acortar la distancia y competir con organizaciones que ya operan con modelos digitales más ágiles, automatizados y centrados en los datos? ¿Cuáles son los verdaderos obstáculos que están frenando esta evolución en nuestra región?
En este contexto Axity, compañía especializada en transformación digital con presencia en varios países de la región, señala que la inteligencia artificial aplicada al negocio y la automatización inteligente se perfilan como dos palancas fundamentales para acelerar la evolución digital, reducir la deuda técnica, liberar talento humano y activar nuevas ventajas competitivas.
“La inteligencia artificial y la automatización inteligente están marcando una nueva era en la competitividad empresarial. Ya no se trata de modernizar procesos, sino de transformar la forma en que las organizaciones responden al mercado. Para las empresas latinoamericanas, adoptar estas tecnologías es clave para mantenerse vigentes y competir en igualdad de condiciones” señala Javier Rodríguez, director regional de Inteligencia Artificial en Axity.
Inteligencia artificial aplicada: decisiones más rápidas, menos errores
Aunque la inteligencia artificial ha ganado terreno en la conversación corporativa, aún son pocas las empresas que la aplican de forma estratégica. Para los expertos, el verdadero valor no está en la sofisticación del modelo, sino en su integración fluida con la operación.
Cuando se aplica correctamente, la IA permite automatizar decisiones, anticipar patrones de comportamiento, personalizar servicios y detectar fallas antes de que ocurran. Al ser integrada en flujos reales de negocio, reduce errores, acelera la toma de decisiones y amplifica la capacidad de análisis.
Las cifras reflejan su impacto potencial. Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Mundial, entre un 8% y un 14% de los empleos podrían ver mejorada su productividad gracias a la IA, sin necesidad de una automatización total. En países como Colombia, el 35% de los empleos (8,24 millones) podrían verse impactados positivamente por la incorporación de estas tecnologías.
Automatización inteligente: eficiencia que libera capacidad humana
Más allá de digitalizar tareas repetitivas, la automatización inteligente implica rediseñar procesos de principio a fin para hacerlos más ágiles, confiables y escalables. Al combinar reglas de negocio, analítica e inteligencia artificial, las organizaciones pueden mejorar tiempos de respuesta, reducir errores y liberar al talento humano para tareas de alto valor.
“La automatización ya no se trata solo de eficiencia, sino de liberar a las personas para que se enfoquen en tareas de mayor valor. Cuando se conecta con analítica, reglas de negocio e inteligencia artificial, deja de ser una simple digitalización de tareas repetitivas y se convierte en una palanca de transformación. Hablamos de rediseñar procesos de principio a fin para hacerlos más ágiles, confiables y escalables, mejorando los tiempos de respuesta, reduciendo errores y potenciando la innovación del talento humano”, completa el experto.
Se estima que el mercado de automatización de procesos en América Latina crecerá a una tasa compuesta anual del 5,98% entre 2025 y 2030, reflejando la necesidad de operar con más agilidad y menos fricción.
Una visión integrada para transformar
Aunque cada pilar aporta valor por sí solo, los expertos coinciden en que su verdadero potencial se activa cuando se combinan de forma estratégica. Es ahí donde las empresas pueden reducir su deuda técnica, responder más rápido al cambio y construir capacidades sostenibles a largo plazo.
“Estos pilares no deben implementarse como silos. Su verdadero impacto se alcanza cuando se articulan estratégicamente, convirtiéndose en una fuerza conjunta que impulsa la agilidad empresarial, reduce la deuda técnica y permite anticiparse con inteligencia a las dinámicas del mercado. La transformación no ocurre por partes: sucede cuando todo trabaja en sintonía.”, concluye Rodríguez.
El llamado es claro: dejar atrás los modelos tradicionales y activar una transformación digital real, que no dependa de grandes inversiones, sino de decisiones inteligentes conectadas con los desafíos actuales del negocio.